LAS VANGUARDIAS
Parte 2 –Los movimientos
EL EXPRESIONISMO.
Podemos definir a las Vanguardias como un conjunto de movimientos artísticos y literarios, de esencia transgresora, cuyo objetivo es innovar y re - crear los conceptos de arte y literatura, provocando una ruptura respecto a los conceptos tradicionales anteriores. Estamos hablando del quiebre de tradiciones de siglos en cuanto a conceptos tales como arte, belleza, literatura, etc.
Se les denominó "Vanguardias" tomando el término del francés "avant garde", expresión del léxico militar que significa "primera línea de combate". La vanguardia del ejército es la que va delante de todos, abriendo el camino y arriesgándose en la confrontación, y metafóricamente representa a esos jóvenes artistas e intelectuales que con su actitud combativa y de avanzada, pretendieron romper las tradiciones, innovar y escandalizar al burgués (épater les bourgeois). El concepto de vanguardia en su sentido metafórico, comenzó a emplearse después también en otros ámbitos de la cultura (corrientes de pensamiento científico y filosófico, la moda), en la política y en lo tecnológico, describiendo siempre a un grupo reducido de individuos que se despegan de su entorno y proponen ideas innovadoras, realizando un salto hacia adelante respecto a tu tiempo.
A la par se gestaron cambios políticos e ideológicos (marxismo, marxismo leninismo, fascismo, nazismo) asociados a revoluciones y guerras (Revolución Rusa, Primera y Segunda Guerra Mundial, Guerra Civil española), conflictos que dieron un empuje enorme a la industria armamentística, y provocaron una crisis económica que comenzó en la Primera Guerra Mundial y se extendió con intermitencias hasta la Segunda Guerra Mundial, pasando por el crack del 29. Estas conflagraciones no sólo provocaron millones de muertes sino también pobreza extrema, hambre, prisión de miles de personas, emigración masiva y la disgregación de familias.
Algunos movimientos tuvieron más éxito y difusión que otros, y por tanto, tuvieron más integrantes, pero en general siempre se trató de jóvenes rebeldes, y de un número restringido de participantes.
La idea más importante y
que fue el motor propulsor de todos los movimientos de Vanguardia es el rechazo
de lo tradicional y lo académico, buscando, por oposición, todo lo que implique
innovación y experimentación estética. El rechazo de lo establecido y
considerado correcto no abarcó solamente lo estético, sino también otros
aspectos de la vida social (lo sexual, ideas políticas, etc). Como ya se
explicó, esto resulta lógico porque el mundo se había modificado respecto al siglo
XIX, debido al avance tecnológico, las guerras y nuevas ideologías, y esto
provoca cambios en la concepción de lo artístico porque el artista no sólo está influido por su contexto socio histórico, sino que además su obra se basa en
interpretar ese contexto, de una u otra manera.
También rechazaron al
Realismo en todas sus formas, porque se basaba en la imitación de la realidad,
y por tanto no lo consideraban arte, sino copia. El artista y escritor
vanguardista pretenden romper los moldes y crear algo nuevo y sorprendente, y la
concepción realista del arte se aleja de esa inquietud. Esto no significa que durante el siglo XX no hayan coexistido corrientes realistas, tanto en arte como en literatura, con las vanguardistas.
El vanguardista defendió
y aplicó en su obra el irracionalismo, rebelándose contra el modelo social
impuesto, y denunciando que la “razón” les había conducido a los desastres
bélicos, y que se debía buscar otra vía para ejercer la creatividad. Sentían
que la lógica y lo racional esclavizaban y limitaban al ser humano, y que esta
sobrevaloración de la razón, y la pretensión de desconocer y acallar todo lo
irracional (las emociones, sueños, intuiciones y la imaginación), que forma
parte de todo ser humano, generaba individuos incompletos, infelices, y poco creativos.
La provocación y el
escándalo es la modalidad de comunicación con el receptor que eligen todas las
Vanguardias, ya que pretendían llamar la atención y generar una perturbación que
“moviera el piso” al burgués, pues suponían que había que sacarlo de su espacio
de confort y sumergirlo en la crisis para que se replanteara los conceptos que,
según el vanguardista, nos imponen y aceptamos sin cuestionar ni discutir.
Debido a todo esto, la
estética de lo feo es el lenguaje vanguardista por excelencia. La expresión
“estética de lo feo” parece contradictoria, pues durante siglos se asoció el
concepto de estética con el de belleza y armonía, pero los vanguardistas,
inspirados en algunos escritores transgresores del siglo XIX, como Baudelaire y
Lautréamont, profundizaron en una estética que aspira a provocar repugnancia,
rechazo y desagrado, y se distancia de los conceptos tradicionales y académicos
respecto a la estética de una obra.
Al intento de crear obras
chocantes y revulsivas, se le suma la idea de que el arte debe vehiculizar
libremente las emociones e ideas del artista, por esta razón y en nombre de esa
libertad, se dejan de lado en literatura las reglas retóricas, gramaticales y
hasta la lógica. Esto en textos líricos se marca con el verso libre, la
ausencia de puntuación o lógica gramatical y el hermetismo semántico, así como
en narrativa y dramática se violenta el formato tradicional de planteo,
desarrollo y desenlace, se dificulta entender el conflicto y el tema, etc.
En definitiva, el
objetivo de toda vanguardia era re-crear el arte, revolucionando su concepto.
Cada movimiento de
Vanguardia, si bien tuvo estos aspectos en común con los demás movimientos,
tuvo sus propias ideas y concreciones en obras, poniendo el acento en diversos
aspectos. Por ejemplo, el Futurismo se centraba en el progreso tecnológico, las
máquinas, la velocidad; el Dadaísmo, en la negación de todo y la burla; el
Surrealismo, en la liberación del inconsciente y el empleo de material onírico
para crear, etc.